TEORIA LITERARIA Y LA DECONSTRUCCION
La deconstrucción consiste en mostrar
cómo se ha construido un concepto cualquiera a partir de procesos históricos y
acumulaciones metafóricas mostrando lo claro que puede ser, puesto que los
útiles de la conciencia en que lo verdadero en sí ha de darse, son
históricos, relativos y sometidos a las paradojas
de las figuras retóricas de la metáfora
y la metonimia.
El concepto deconstrucción participa a la vez de la filosofía
y de la literatura
y ha estado muy en boga en especial en Estados Unidos. El término fue utilizado
por Heidegger, pero ha sido la obra de Derrida la que ha sistematizado su uso y
teorizado su práctica.
Derrida traduce por cuenta propia la noción de deconstrucción;
entiende que la significación de un texto dado (ensayo, novela, artículo
de periódico) es el resultado de la diferencia entre las palabras empleadas, ya
que no la referencia a las cosas que ellas representan; se trata de una
diferencia activa, que trabaja en cada sentido de cada uno de los vocablos que
ella opone. Es un poco
complicado explicar lo que es la deconstrucción en términos simples. Por un
lado, no se trata de un método que se pueda aplicar mediante una serie de pasos
a seguir. Por otro lado, la deconstrucción no es sinónimo de destrucción.
Cuando se habla de deconstruir un texto, por
ejemplo, se refiere a interrogar los
supuestos que lo conforman para dar una nueva perspectiva. Lo que propone
Derrida en sus libros es una lectura minuciosa a textos literarios o
filosóficos para llevarlos al extremo de darles una significación diferente de
lo que parecían estar diciendo.
Derrida califica este sistema como logocéntrico. El logos
es el origen y fundamento de toda verdad, en otros términos, es el pensamiento
que se presenta como la conciencia de uno mismo.
El logocentrismo prohibiría pensar la historia y
evolución desde otro punto de vista que no sea el nuestro: la lengua del otro,
la cultura del otro, y en general todas la formas de alteración.
Para Derrida, la pragmática humana, incluyendo la
científica, presupone siempre un entendimiento de lo que significa el SER y este
pre-entendimiento regula los comportamientos de forma inconsciente, sin que el
hombre se de cuenta. En otras palabras, nosotros no tenemos una influencia
directa en el ser, más bien en lo que la tradición metafísica nos ha legado
como interpretación del sentido del SER.
A la pregunta sobre ¿qué es el hombre?, Derrida
explica que en realidad no sabemos qué es el hombre, dice que no hay una
relación inmediata y natural con él. Lo que Derrida pretende al deconstruir
estos temas es detener la pre-comprensión o pre-entendimiento de lo que
significa la humanidad para ir más allá del pensamiento occidental, que está
caracterizado por un imperialismo y un etnocentrismo histórico.
La deconstrucción de Jacques Derrida no es un
proyecto filosófico establecido sobre las bases de una metodología explícita.
Se trata de un proceso inherente a la historia de la racionalidad occidental
vista desde una dimensión crítica y que consiste a desraizar la tradición que
la conforma.
La deconstrucción es en palabras de Derrida:
"uno de los nombres posibles para designar, por metonimia, lo que sucede o
lo que no llega a suceder, como lo puede ser una cierta dislocación que se
repite regularmente" (Derrida, 1972). Esta dislocación consiste en
cuestionar participando en la transformación. Para Derrida, se trata de un
intento de ver desde el otro lado del borde lo que somos.
La
deconstrucción se aplica a todos los factores que pueden funcionar como centro
estructural de un texto (significado trascendental, contexto, contenido,
tema) de manera que no puedan detener el libre juego de la escritura